jueves, 12 de enero de 2012

Adiós al FICX con un beso.

Un día le pregunté a Karel Reisz cómo era Meryl Streep, “professional”, dijo. –¿Y Debra Winger? “mnmnnmn complicated” y sonrió. A su lado una mujer chiquitita comía empanadillas, era Betsy Blair y hacía más de 40 años había estado nominada al Oscar por la película favorita del atribulado protagonista de “Quiz show”, “Marty”. En la mesa de al lado un chico espigado contemplaba extasiado el bullicio espichero, en un torpe spanglish made in sidra conseguí discernir que su película favorita del año era “Abre los ojos” y en un grácil movimiento made in demasiada sidra le señalé a otro chico espigado que gesticulaba en medio del comedor “this boy is Fele Martinez, the protagonist”, antes de correr en su pos con un “ooooh” dibujado en sus labios me señaló una película en mi programa de mano y la firmó apresurado, era “Pi” y el chico era Darren Aronofsky. Las cosas pasan así, sólo había que estar allí, porque durante diez días Gijón era una fiesta, un verano en invierno, una navidad laica. Si estabas allí podías oír como Hillary Swank tuvo que convencer a Kimberly Pearce “con un corte de pelo de nueve dólares” porque era incapaz de imaginársela como Brandon Teena, podías encontrarte a Michael Pitt abominando de “Dawson crece”, a Tom DiCillo con sombrero de cowboy, o a Guilleume Depardieu arrasando bares con su abrigo negro de gigante maldito, podías cruzarte a Kaurismaki paseando su genio vodkiano, o a Harmony Korine, el hombre más despeinado del mundo, abrazado a su novia Chloë Sevigny, podías tropezarte en un café con el babilónico Kenneth Anger, el solemne Kiarostami, el risueño Todd Haynnes, o la dulce Maria Schneider. Si estabas con los ojos bien abiertos podías cruzarte a John Cale en una esquina y Aleksei Balabanov (nunca he estado tan cerca de un génio) podía apartarte con su mano temblorosa y su melenita rala de ruso/ruso. Si estabas allí te encontrabas en los bares a Atom Egoyan o a Larry Clark o a Todd Solondz. Si estabas allí te encontrabas en las pantallas con “Festen”, o “Boys don´t cry” o “Together” o “Hedwig and the angry inch” o “Juno” o “Cargo 200”. Si estabas allí podías encontrar en la pequeña gran pantalla de los Cines Centro free cinema y nouvelle vague y new american cinema. Y sobre todo, si estabas allí podías encontrarte con que durante diez días de noviembre en Gijón era verano. Gracias, Cienfuegos, por tanto.