miércoles, 5 de noviembre de 2008

Y por eso las películas terminan siempre con la boda


Porque lo bonito sería que sobre esta hermosa imagen surgiesen unos créditos límpios, discretos, con una musiquita emocionante pero no pomposa, más de John Barry que de John Williams, y la platea sonaría el moco y se iría al bar a contar lo bonita que es la película esa del negro que reina en el país que hace cuarenta años no dejaba sentarse a la señora Parks.

El problema es que la película continua y ahora llegará el bajonaco, fijo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer por la tarde en La Ventana debatían sobre cuánto tardaría en llegar la decepción, entre las protestas de algunos contertulios porque no se les dejara celebrar la victoria a gusto.
Soy del parecer de que ser utópico y a la vez escéptico es un signo inequívoco de inteligencia.

Blasfuemia dijo...

Así estamos, la derechona si viene envuelta en chocolate, nos sabe mejor. Pero el chocolate es lo que tiene ¿no?: dulce y amargo a la vez.

Yo ya estaba contenta con que se fuera el arbusto..

Sandra Sánchez dijo...

Bueno bueno, no vayas a ser de las que en el cine se levantan de la peli antes de que salga el primer título de crédito...

El Malvado Ming dijo...

Soy de las que aguantan como una jabata los carraspeos y malediciencias de las limpiadoras.

Mármara dijo...

Y yo que lo veo como el principio de la peli...