domingo, 16 de marzo de 2008

Un año siendo hincha del Zaragoza

Con todo el respeto para los aficionados del Zaragoza, pero eso es lo que me espera este año con Alonso. Cuando eres del Madrid o del Barça (hay gente pa todo), te acostumbras a que ganar es lo normal y perder una puta mierda (el botón de muestra), pero no hay medias tintas. Imagino que cuando eres fan de un equipo de mitad de tabla te acostumbras a que tres jornadas seguidas puntuando sea un hito o que a tener a Diego Milito luchando por el pichichi sea la pera limonera. Pues eso, esta año toca conformase con cosas pequeñas como que se le rompa el motor a un tal Bourdais y que gracias a eso te metas cinco puntos en la buchaca.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo es que para compensar la mediocridad de mi equipo me hice hincha del Madrid. Y por ende, enemiga acérrima de los equipos rivales de ambos. Así (casi) siempre tengo motivos para sonreir.
Eso sí, aunque sea más infrecuente, te aseguro que mola mucho más cuando el primero asciende que cuando el segundo gana la Champions. O seguramente por eso.

Anónimo dijo...

Como habitante de Zaragoza (aunque odiadora profesional de Alonso, ya lo siento) te agradezco este post, ya sabes que mal de muchos consuelo de tontos.
Pero vamos, que este comentario es una escusa porque lo que yo quería era escribirte un comentario, para decirte que no me conoces de nada, pero yo a ti te llevaba leyendote mucho tiempo en otros sitios, y no sabes la alegría que me ha dado ver que has retomado viejos hábitos blogueros. Espero que no decaiga, y en lo deportivo que gane el mejor (jiejiejiejie)
Mapis

Anónimo dijo...

Quien dice "escusa" dice "excusa". Qué malo es trabajar un jueves santo.

El Malvado Ming dijo...

:)

Mármara dijo...

Como llevo muchos años siendo una auténtica sufridora, es decir, fan del Atlético de Madrid, puedo asegurar, y aseguro, que te comprendo, Ming. Y que me solidarizo, en lo de Alonso. ¡Menuda temporadita nos espera! Ahora que, te digo una cosa, no sé lo que será pero, si las vicisitudes de Fernando o las caras triunfantes de Hamilton. Sólo de pensarlo se me agudiza el instinto asesino.