Esto viene de aquí.
Empezó a impacientarse. Ya había pasado una hora, o tal vez más. Encendió un cigarro y observó a Lucia. Era hermosa, pero no lo suficiente para burlar a la muerte. Nadie es tan hermosa... o tal vez si. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.... Ahora sabía que ojos eran esos, siempre lo había sabido, pero hacía demasiado tiempo que no quería pensar en ello.
Recordó Santa Clara, recordó los veranos y el olor de la yerba, recordó como era el tiempo cuando no existía nada. Sólo Lola y el olor de la yerba. Y el sol. Lola y el sol. El mundo era perfecto. Sin antídotos, sin Diego, un mundo sin experimentos, sin Lucía, sin el doctor Gootlicher. Hace un millón de años habían sido felices y no se habían dado cuenta.
Todo se tuerce en un instante. Lo sabes. Una mala decisión, la dirección equivocada, la disculpa a destiempo...había leido a Auster, había leido a Carver...sabía de que hablaba. Sabía que la vida se arruina por por la torpeza del vino, por la frase nunca dicha, por el abrazo que el orgulló cercenó...
Apagó el cigarro, algo no iba bien.
Volvió a mirar el reloj. Lola ya debería de estar aquí. Tal vez la había infravalorado, era un error muy frecuente en su vida. De pronto Lucía emitió un sonido ahogado y abrió los ojos sin mirar. Se sorprendió. El error podría haber sido fatal, demasiados años dopando ratas le habían hecho perder la perspectiva de un cuerpo humano. Se habría reído si no tuviese la atenazante seguridad de que algo no estaba saliendo bien. Lucía era una chica más fuerte de lo esperado, debería de haber incrementado la dosis. Había vuelto a infravalorar a una mujer.
-Empieza a ser un error demasiado frecuente en tu vida.
Allí estaba Lola, y no había venido sola. Las luces de los coches de policía que entraban por el ventanuco le daban al pequeño cuarto anejo donde dormía a deshoras un aspecto triste de carrusel abandonado.
Empezó a impacientarse. Ya había pasado una hora, o tal vez más. Encendió un cigarro y observó a Lucia. Era hermosa, pero no lo suficiente para burlar a la muerte. Nadie es tan hermosa... o tal vez si. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.... Ahora sabía que ojos eran esos, siempre lo había sabido, pero hacía demasiado tiempo que no quería pensar en ello.
Recordó Santa Clara, recordó los veranos y el olor de la yerba, recordó como era el tiempo cuando no existía nada. Sólo Lola y el olor de la yerba. Y el sol. Lola y el sol. El mundo era perfecto. Sin antídotos, sin Diego, un mundo sin experimentos, sin Lucía, sin el doctor Gootlicher. Hace un millón de años habían sido felices y no se habían dado cuenta.
Todo se tuerce en un instante. Lo sabes. Una mala decisión, la dirección equivocada, la disculpa a destiempo...había leido a Auster, había leido a Carver...sabía de que hablaba. Sabía que la vida se arruina por por la torpeza del vino, por la frase nunca dicha, por el abrazo que el orgulló cercenó...
Apagó el cigarro, algo no iba bien.
Volvió a mirar el reloj. Lola ya debería de estar aquí. Tal vez la había infravalorado, era un error muy frecuente en su vida. De pronto Lucía emitió un sonido ahogado y abrió los ojos sin mirar. Se sorprendió. El error podría haber sido fatal, demasiados años dopando ratas le habían hecho perder la perspectiva de un cuerpo humano. Se habría reído si no tuviese la atenazante seguridad de que algo no estaba saliendo bien. Lucía era una chica más fuerte de lo esperado, debería de haber incrementado la dosis. Había vuelto a infravalorar a una mujer.
-Empieza a ser un error demasiado frecuente en tu vida.
Allí estaba Lola, y no había venido sola. Las luces de los coches de policía que entraban por el ventanuco le daban al pequeño cuarto anejo donde dormía a deshoras un aspecto triste de carrusel abandonado.
23 comentarios:
Plas plas plas, ¡qué nivel! La imagen del carrusel abandonado me ha hecho dar saltitos de entusiasmo, no te digo más.
¿A quién le pasas el testigo?
Se ha hecho esperar pero ha merecido la pena...
Sinceramente, este cadaver tiene nivelazo.
Pues no se que decirle querida ohnenick...pero me gustaría mucho ver como sigue esto.
¿Qué tal si se lo propones a Mármara como ejercicio terapeútico? Literatura catártica, you know. Pa sus nervios.
De verdá, oyes, cómo me gusta que os acordéis de mí para estas cosas. La catarsis es lo mío, bien lo sabéis, pendehas.
Vale, aceto. Nada que me espolee más que un buen reto, y continuar el cadáver con el nivelazo en el que lo ha puesto Ming, es un reto de mil pares.
Eso sí, necesito un par de día, o tres.
Ese es el espíritu.
A sus piel Malvado Ming! De verdad, magnífica aportación. Sin palabras me has dejado. Y yo acabaría el relato aquí, con esa preciosa frase final.
me uno a la ovación (reverencia). Realmente brillante.
Yo también me uno a la ovación... al Madrid!
Que por cierto, sólo una victoria de este calibre me puede hacer aguantar un partido retransmitido por JJ.
Aqui estoy de visita en tu casa. Interesante blog, uno mas que visitar. En cuanto tenga un minuto te pongo un enlace en el mio. Un abrazo.
Que bello ha sido ohne, pero yo quería la manita. Es que ya no me conformo con nada.
Las visitas siempre son bienvenidas Tony :D
Es lo malo de ser del madrid. (¿Recibiste algo ayer? Estoy teniendo problemas con el correo)
Nada :(
¿Pero tu correo es el que aparece en el perfil?
eh...que buena pregunta, voy a mirar.
perdón, no había leído que Mármara quería seguir con el cadáver. Que siga pues.
Yo soy del Barcelona.
ming: acabáramos
¡Errante por dios! Qué gran defecto, hija mía. Y para más INRI, del Cádiz, claro. Con lo que yo te quería.
Que lela soy. Recibido, querida OhNe.
Que siga, que siga, ya estoy preparando una escena para los tataranietos de Lola y su perrito androide.
Mujer, del Cádiz POR SUPUESTO, faltaría más mujerpordios!!! De Cádiz al infierno, ea
Nada que objetar señora. Yo también soy muy del Cádiz, pero muy, muy.
Yo anticadista hasta la muerte, también.
tú, tú... tú eres del Jerez!!! acabáramos.......
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